Son las 4:31 de la madrugada, apenas e dormido un par de horas, después de leer unos capítulos de un libro con el que quemo unos pocos minutos de tantos que me quedan mientras espero nuevamente con ilusiones y esperanzas llenas de aire que este año acabe y le pueda poner punto y aparte a esta vida tan extraña que el azar me hizo cargar. Como viene a ser costumbre sentado a pies de mi cama (uniplaza) e cambiado las largas charlas con mi soledad con los laboriosos monólogos que mantengo en mi cuaderno rojo, buscando inspiración entre el insomnio, cuatro paredes y una lampara. Atormentándome como viene siendo costumbre en los últimos seis o siete meses en los que sin buscar nada interesante que pueda entrar en mi vida, a mi ingenioso destino se le ocurrió enfrentarme con mi inmadurez y aumentar de miedos esta ya de por si triste vida.
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